14/02/2010

Las supernebulosas duran todo el verano

A veces parece que en Bariloche no hubiera verano. Pero los observadores cuidadosos sabemos que es verano cuando en el cielo nocturno vemos la constelación de Orión, el cazador. Orión es una constelación de verano en nuestras latitudes, así como Escorpio, del otro lado del cielo, es una constelación de invierno. Y en Orión está la Gran Nebulosa, cuya foto (que puede verse aquí al lado) saqué este fin de semana. Hágale click para verla un poco más grande, y después siga leyendo...


Orión luce un cinturón formado por las Tres Marías, que todo el mundo sabe identificar. Rodeando a las Tres Marías —que se llaman Alnilam, Alnitak y Mintaka, y no María Laura, María Emilia y María Eugenia como algún despistado puede llegar a creer— rodeando a estas tres, decía, hay otras cuatro estrellas brillantes, que forman el cuerpo de Orión. Y del cinturón "pende" (hacia arriba visto desde el hemisferio sur) la Daga, ya que Orión es un cazador, y está armado. La Daga, a simple vista, está formada por tres estrellitas tenues. Los más jóvenes, o los afortunados con muy buena vista, podrán percibir que la estrellita central es algo difusa. Efectivamente, no es una estrella sino la Gran Nebulosa de Orión (catalogada habitualmente como Messier 42).

La Gran Nebulosa de Orión es un objeto extraordinario. Es una región inmensa de formación estelar. Se trata de una nube de gases y polvo, de centenares de años luz de tamaño, en cuyo interior están formándose estrellas nuevas. Sí, al tiempo que Ud. lee esto, querido lector, en el interior de la Nebulosa M42 están naciendo estrellas. Estrellas bebés, proto-estrellas, estrellas jóvenes, sistemas solares enteros con sus planetas y sus cometas... se condensan a partir del gas de la nebulosa. Las estrellas jóvenes —al igual que los seres humanos jóvenes— son muy energéticas, y su intensa radiación hace brillar por fluorescencia el gas de la nebulosa del cual nacieron. Una imagen tierna de una nurserie estelar.

La Gran Nebulosa de Orión está a 1500 años luz de nosotros, lo cual no es muy cerca ni muy lejos, astronómicamente hablando. Es una visión impresionante prácticamente con cualquier telescopio, y en fotografías sale así, como muestra la que tomé el fin de semana desde el Centro Atómico Bariloche, donde el cielo es bastante oscuro. No deja de sorprenderme que un aficionado pueda tomar estas fotos hoy en día, usando equipo completamente accesible y en pocos minutos. Aquí puede ver una foto de la misma región tomada con el telescopio espacial Hubble (Fuente: NASA/ESA/Hubble).

Las estrellas nacen de estas nubes de gas que permean el espacio interestelar en la Galaxia. A lo largo de sus vidas, las reacciones termonucleares que ocurren en sus núcleos convierten elementos químicos livianos en elementos progresivamente más pesados. Algunas viven rápidamente y terminan explotando como supernovas. Otras, como nuestro Sol, lo hacen más lentamente y tras miles de millones de años se extinguen con gracia. todas ellas, al final de sus vidas, devuelven al medio interestelar buena parte de su materia, enriquecida con nuevos elementos. Y hay algo en lo que vale la pena reflexionar: todo lo que hay a nuestro alrededor, el oxígeno que respiramos, el calcio en nuestros huesos, el hierro en nuestra sangre, el oro de los anillos de bodas, el cloro de la clorofila de las plantas, todo, todo, proviene de los elementos químicos forjados en los hornos termonucleares en generaciones de estrellas anteriores al Sol. Esas nubes son el material del que estamos hechos.


Fotografía de Guillermo Abramson, tomada con cámara Canon XTi en foco principal de telescopio Meade LX10, d=20 cm, f=1260 mm, f/6.3. 39 exposiciones de 10 seg a 4 min, total 55 min, el 2010-02-13 desde el Centro Atómico Bariloche, combinadas con DeepSkyStacker. La foto del cinturón y la Daga también de Guillermo Abramson (tomada desde el centro de Bariloche).

2 comentarios:

  1. ¡Excelente, Guillermo!!! Buenísimas las fotos y la explicación! Un gran abrazo desde El Bolsón

    Diego

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  2. Finalmentee leí recién hoy este artículo, buscaba la tranquilidad para disfrutarlo. Ahora espero impaciente el próximo, que veo se está haciendo desear. Y por favor, no mencionen El Bolsón, que me dan ganas de salir corriendo a ese lugar. Lo conocí hace tres años con vida de campamento y subimos al "Piltri". Inolvidable.

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