19/02/2011

Unos fotones bien añejos

Esta belleza es una de las joyitas poco conocidas del cielo austral. NGC 4945 es una galaxia espiral que vemos de costado, muy cerca de la estrella Xi1 Centauri, de magnitud 5, apenas "arriba" de la Cruz del Sur. Es una galaxia muy parecida a la Vía Láctea: tiene un núcleo compacto y brillante, regiones de intensa formación estelar y vastas nubes de polvo que atraviesan sus brazos espirales. Como la Vía Láctea, alberga cientos de miles de millones de estrellas. Se puede clickear la imagen para agigantarla, por supuesto.

NGC 4945 es una galaxia cercana, astronómicamente hablando. Pertenece a un grupo de galaxias que vemos en la región del Centauro (ver acá al lado para ubicarse), donde también está la famosa Centaurus A, que no tardará en aparecer por acá. Apenas 11 millones de años luz la separan de nosotros. Claro que es bastante más lejos que las Nubes de Magallanes que también fotografié recientemente, que están en nuestro Grupo Local de galaxias a 150 mil años luz.

Esta imagen es un montaje de 4 fotos de 5 minutos cada una, dando un total de 20 minutos de exposición, tomadas desde un sitio bien oscuro a 40 km de Bariloche. Con la cámara montada en el foco del telescopio se tiene un campo de sólo 1 grado de ancho, como la uña del dedo meñique con el brazo extendido (más o menos como la letra "o" de "Centauro" en la imagen). La única estrella visible (con dificultad) a simple vista en ese pedacito de cielo es la ya mencionada Xi1 Cen, que es esa estrella azulada bien brillante de la foto. Todas las demás estrellas son invisibles a ojo desnudo, así como las galaxias.

Sí, galaxias, en plural, porque en la foto hay más galaxias, como se ve en esta versión anotada (también clickeable). Once millones de años no es nada. Errante en las sombras, la mirada febril (?) encuentra en el ángulo inferior izquierdo, asomándose detrás de una estrella de magnitud 8, la galaxia NGC 4945A. Con magnitud 13, sus millones de soles combinados brillan 100 veces más tenues que la estrellita. Claro: está a 62 millones de años luz. Cuando esos soles emitieron sus rayos en nuestra dirección, los mamíferos recién nos estábamos recuperando del susto de la extinción de los dinosaurios.

Hay más, como se ve en la foto anotada: cerca del borde derecho vemos otra espiral de canto, ESO 219-022, que tiene una pequeña compañera que apenas se distingue, PGC 44996. Están a 76 millones de años luz. Si no hubiera sido por su presencia en el catálogo de Cartes du Ciel, ésta última se me escapaba. ¿Será como una nube de Magallanes de la ESO 219-022? Acá se las ve juntitas en una foto del Observatorio Europeo Austral (tomada con una tecnología muy superior a la mía, vale aclarar).

Y aún más. Tenemos a la ESO 219-025 brillando muy tenuemente cerca del extremo norte de NGC 4945, y que me tomó por sorpresa. También casi se me escapa, pero la encontré gracias a Cartes (captura de pantalla aquí al lado). Los catálogos no reportan su distancia, pero sí su velocidad. Este gigantesco racimo de sistemas estelares, gas, polvo y otras yerbas huye de nosotros a 8830 kilómetros por segundo. Yep, por segundo. Usando la constante de Hubble, nos da una distancia de... 122 megaparsecs, o sea 400 millones de años luz.

400 millones de años luz.

3 800 000 000 000 000 000 000 kilómetros.

A riesgo de resultar reiterativo diré que esos fotones, esos mismos fotones que entraron a mi telescopio y capturé con mi cámara, mientras guiaba sutilmente el movimiento del equipo y el Fresco cronometraba la exposición, esa misma luz de soles distantes que atravesó abismos insondables de espacio vacío, fue emitida cuando acá andábamos por el Devónico, y los primeros peces y plantas se aventuraban fuera de los mares. Acá está de nuevo. Apenas se la distingue de las estrellas.

Para volver a la Tierra, una foto del esforzado equipo astrofotográfico esperando la noche junto al río Limay.


Nota sobre catálogos. Para la identificación de las galaxias me basé en el excelente Cartes du Ciel, como ya dije. Pero vale la pena mencionar también un par de herramientas más. Por un lado la referencia obligada: el Centro de Datos Astronómicos de Estrasburgo, que tiene ahora un buenísimo atlas multi-longitud de onda on-line, Aladin, así como todos los catálogos "oficiales" de la ciencia astronómica fácilmente accesibles en el nuevo portal CDS (los viejos Simbad y Vizier siguen disponibles). Finalmente, hay un sitio extraordinario, WikiSky, que funciona como atlas multi-imágenes y como interfase clickeable del CDS. Están juntando fondos para seguir funcionando, así que si les gusta y tienen para dar, den.

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